Cada año, después de las vacaciones de verano, comienza la vuelta al colegio y debemos estar pendientes de que los niños no traigan a casa piojos, ya que el calor y la humedad propios del otoño y de la primavera proporcionan a estos parásitos del cabello, el ambiente propicio para reproducirse. A estas favorables condiciones se unen, además, la aglomeración de niños en lugares cerrados, como colegios, guarderías o escuelas infantiles, lo que favorece el contagio entre unos y otros.